Actualmente, el uso racional de fluoruros es la medida preventiva más eficaz en el control de la enfermedad de caries dental.
El flúor es el noveno elemento de la tabla periódica y el más electronegativo de todos, por lo tanto, en la naturaleza siempre lo vamos a encontrar combinado con otros elementos.
La acción del flúor en las piezas dentarias inhibe su desmineralización y potencian la remineralización, formando fluoruro de calcio.
El 96% del esmalte dentario está formado por la molécula de Hidroxiapatita con un pH crítico de 5,5.
La interacción de flúor con esta molécula, promueve la formación de Flúorapatita, con un pH crítico de 4,5 lo que la hace más resistente al ataque ácido.
La sustitución de determinados elementos formadores de los tejidos dentarios por iones flúor, fortalecen las piezas y las defienden de los ácidos producidos por las bacterias presentes en la placa microbiana.
Las formas de administración son 2:
Sistémica – Se ingiere
Tópica – Se aplica localmente en boca
La acción del flúor sistémico se observa cuando los dientes se están formando, estimulando la formación de un esmalte más resistente.
También esta forma de administración tiene un fundamental efecto tópico, ya que la saliva excretada tendrá bajas pero constantes concentraciones de flúor.
Los alimentos ricos en flúor son los peces, el té, el agua, la leche y algunos vegetales, pero sin duda que el Programa de Fluoración de la Sal en Uruguay es la medida masiva más importante de prevención de caries.
Para distinguir esta sal en las góndolas de los Supermercados y Almacenes, se distribuyen en paquetes de 500grs. de color mayoritariamente verde, y aprovechando también esta llegada a la población, además de la adición de flúor, también tiene yodo (sal yodofluorada) para prevenir situaciones de deficiencia de este elemento que pueden afectar a la glándula tiroides pudiendo generar su aumento de tamaño o bocio.
No se aconseja la ingesta de flúor por más de una fuente ya que puede provocar fluorosis o hipomineralización del esmalte, aumento de su porosidad y la aparición de manchas blancas y amarronadas, por lo que se investigó por parte de O.S.E. las concentraciones de este elemento en todas las fuentes de abastecimiento de agua del país para no distribuir sal fluorada en estas localidades.
Las mismas son Young, Sarandí Grande, Joaquín Suárez, Guichón, Toledo y Ombúes de la Valle cómo las de mayor población, especificando todas en el interior de las fundas que salen de fábrica.
Gracias a este Programa de Fluoración de la Sal, prácticamente está fuera de la terapéutica actual el uso de fluoretas o pastillas con altas concentraciones de flúor, salvo pacientes hipertensos que no puedan consumir sal.
Flúor tópico tenemos de autoaplicación y de aplicación profesional.
Los primeros van desde cremas dentales con diferentes concentraciones según la edad del paciente para prevenir la intoxicación por ingestión, enjuagatorios dentales diarios con 0,05% y semanales con 0,2% de ión flúor; hilos y cintas dentales con flúor.
Los de aplicación profesional son geles fluorados acidulados o no, según el tipo de paciente, barnices fluorados, diamino fluoruro de plata para el tratamiento de lesiones activas en esmalte.
Básicamente el flúor se utiliza para el refuerzo del huésped, endureciendo ese esmalte dentario que es la única parte del diente que se ve en la boca; y también se utiliza por parte del profesional para fomentar la maduración de esas piezas inmediatamente luego de erupcionar y ser visibles en boca, para limpiar impurezas del esmalte que lo hacen más propenso al ataque de los ácidos.